miércoles, 6 de junio de 2012

"Tiempo".


Elena, la madre de Paz dice
Trabajaba en una parrilla a partir de las 11 de la noche
Y tenía que dejar a mi hija Mariana con mi hermana,
Pero por suerte a esa hora ya dormía y yo volvía cuando ella se levantaba.
Paz dice
Necesito trabajar pero no quiero estar 8 horas fuera de casa
Porque siento que me perdería de estar con mis hijos.
Mi padre dice
A las 7 de la mañana llego al tribunal y no me voy hasta las 15 hs.
Después voy a la facultad y llego a casa a las 7 de la tarde.
Estoy con mucho trabajo.
Rodri, el obrero que trabaja en una obra en construcción enfrente de mi casa, precisamente en Nicaragua entre Thames y Borges, dice
A mí me gusta el trabajo
Y sobre todo el momento del almuerzo que es cuando descansamos y conversamos sobre lo que hicimos el fin de semana.
Me gustaría escuchar música mientras trabajo
Por ejemplo stric tic.
Mi madre dice
Un trabajo te libera de estar las 24 hs. encerrada en tu casa con los chicos
Además te permite tener
Tu casa
Tu auto
Tus salidas
Ropa nueva
Tu independencia.
Leti, la panadera que trabaja en el supermercado Cordial
Ubicado en la calle Borges Nº 1868, en el barrio de Palermo Viejo, dice
Mis hijos son terribles, no paran ni un  minuto.
Yo trabajo todo el día
Entro a las 9 de la mañana y me voy a las 10 de la noche
Por eso este año pude viajar al Uruguay, yo soy de allá
Y fui después de 3 años para que mi hijo más chico conociera a mi familia.
Mi abuela Menene decía
Yo trabajaba en una escuela, fui maestra porque mis padres me lo exigieron
Pero en realidad lo que siempre quise ser fue artista
Tocar la guitarra, bailar y escribir.
La kiosquera de la esquina de Borges y Nicaragua dice
No tengo cambio
Fijate
Andá al supermercado, cambiá y después vení.
Ella está preocupada porque a sus hijos no les falte educación
Eso creo entender yo por cómo mira de reojo a los niños que van a comprarle caramelos de 10 centavos cuando salen de la escuela.
Mi hermana mayor dice
El estado es cualquier cosa
No se puede hacer nada
Pero es lo que hay.
Mary, la costurera del negocio Mary, ubicado en la calle Oro entre Soler y Nicaragua dice
Te tengo que cobrar más caro porque los alquileres por acá están altísimos
Y además me estoy quedando hasta más tarde para ayudar a mi hija
Ella me pide que me quede con su hija
Pero yo no puedo
Imaginate.
Mi hermana más chica dice
Son muchas horas pero tengo un sueldo fijo
Entonces puedo ahorrar para
Viajar
Comprar libros de fotografía
Discos de Bjork
Un vestido para alguna fiesta.
Mi abuelo decía
Trabajar para disfrutar
Te invito a comer pizza con cerveza y después nos tomamos un helado en la Venezziana.
El director de recursos humanos de la facultad me dice
Si no venís, tenés que presentar certificado médico
O te tendremos que descontar la clase.
Mi jefa dice
¿No te podés quedar un ratito más, hasta que me pruebe la ropa que voy a ponerme para la inauguración en el Alvear?
El ferretero de la calle Borges esquina Nicaragua, frente al kiosco, sube todos los días una persiana metálica a las 9 de la mañana
La baja hasta la mitad a las 13 horas
A las 14 la sube otra vez y la baja a las 20 hs.
Entra y se va siempre solo, con la misma campera, el mismo llavero, sus ojos metidos adentro de un bolsillo.
Mi hija le dice a su papá
¿Otra vez te vas a trabajar?
Pero si estás en casa
¿Vas  o venís?
Mi pareja dice
Este trabajo no es para mí
Mirá que estoy pensando en dejarlo
Alquilar una combi
Y viajar por Argentina.
Stefani, la ayudante de la peluquería Maldito Frizz, ubicada en la calle Borges entre Guatemala y Paraguay dice
Me explotan
Pero prefiero
Estar a acá con gente
A estar sola en mi casa
Yo no soy de acá
Soy de Paraguay
No conozco a nadie acá todavía
Además no soy de salir mucho.
Yo digo
La vida es tiempo.
Los empleados del barrio
Preguntan
Qué le doy.
Charlas casuales.
Gestos afirmativos de que nos conocemos.
Intercambios de miradas sobre la ropa que tenemos puesta.
La obra llenándose de voces.
Recuperar afectos
Es soñar con un lenguaje desatado
Del uso de todos los días el mismo
Deber
Por
Necesidad.


Tamara Domenech

"Baldío".

Creo un camino hacia la casa de enfrente que está en construcción.
Y charlo con los obreros al mediodía, cuando paran para almorzar.
¿No es extraño que en ningún edificio figuren sus nombres?
¿No es extraño que en ninguna inauguración de ningún museo aparezca una fotografía con los rostros de las personas que lo erigieron?
¿No es extraño que haya personas tan importantes y que no nos acordemos de sus caras?
Les propongo que escriban sus impresiones sobre los materiales que utilizan a diario: La arena, la cal, el canto rodado, los escombros.
Ellos escriben sobre herramientas y música.
Materiales y comida.
Herencias y deberes.
Andrés, Luis Ayala, Alberto Daza, Freddy Fretes Aguilar, Fidencio, Tito González, Aldo Centurión Larcia, Ismael Eduardo Martínez, Víctor Rojas, Rodrigo Ruíz.
Reúno sus textos como quien guarda un tesoro.
A su vez les pido a escritoras que compongan un poema a partir de fotografías sobre los materiales que aquéllos utilizan.
Así lo hacen Vanna Andreini, Paola Ferrari, Florencia Fragasso, Paz Garberoglio, Paz Levinson, Paula Peyseré, Liliana Ponce, Jimena Repetto, Noelia Rivero.
Pinto sobre papel manteca formas inacabadas que aluden a esas preguntas y banderas con los colores de sus ropas.
Yuxtapongo el sonido ambiente de una obra en construcción con la música que les gustarían escuchar a los obreros si estuviesen en sus casas.
La escritura y la pintura vuelven extraño lo que es cotidiano.
Si pienso en las personas que son imprescindibles en nuestras vidas y sin embargo no conocemos sus nombres, se me ocurren palabras, telas, papeles y colores que nunca vi.
Encontrarme con lo que imagino también, es dejar la casa y salir al encuentro de otros, formando parte de mi vida afectiva.

Tamara Domenech