jueves, 13 de junio de 2013

Melodía para una canción rota. Tamara Domenech.

Negra
 
I- Un pensamiento dentro de otro.


Sentada en mi cama

Las sábanas no eran mías

Tenían la holgura de las de mis padres cuando dormían juntos

Un camisón me tapaba los moretones de las rodillas

La gomita del pelo se caía de un mechón

Las agujas del reloj pulsera marcaban pensamientos

Con la forma de un cesto de frutas abandonado

Alrededor un revistero

Un alhajero abierto

Mis pantuflas blancas

El cable del teléfono

Seguía los contornos

Mi madre frente al espejo se miraba las piernas

¿Me queda bien?

Y las palabras no llegaban a mi boca

Con un pulóver de entrecasa me ofrecía un té y unas galletas

Mientras provocaba un ruido de mañana en la mitad de la noche

La porcelana de la taza brillaba sobre lo que me pertenecía

Su alianza dorada rayaba la oscuridad

Su pelo opacaba mi secreto

¿No me queda hermosa?

Me pasarán cosas de otra época

Ahora comé que tenés que trabajar

Tomo un sorbo de té y me levanto de la cama

En el botiquín del baño escribo la frase

Es mía sobre una ráfaga de aliento

Salgo

Mi madre no está

Abro la canilla de la ducha y camino hacia el revistero

Busco la página donde estaba mi deseo

La recorto y la guardo en mi billetera

Un hilo de voz aparece mientras me baño

Y lágrimas en miniatura se mezclan con el vapor

Hasta borrar la inscripción en el espejo.





II-Experiencia.



Mi tía Berta dice

Haber dejado de trabajar en el campo y venir con mis dos hijos a la ciudad

Me dio experiencia de vida

Desde ese entonces supe que los ojos de mis hijos no me iban a abandonar

En las decisiones más osadas

Mi amiga Lucía dice

Haber salido con Ezequiel me dio experiencia en el amor

Con la separación comprendí que podía ser feliz sin sufrir por cualquier cosa

Mi madre dice

Los trabajos que uno va teniendo te dan experiencia para los que vendrán

Mi padre dice

No hay mejor experiencia que la que te ofrecen los libros

Con ellos las sensaciones encuentran un camino

Mi ex jefe dice

Si yo tuviese veinte años

Haría una vida distinta a la que hice

La experiencia de un viaje sin destino ni duración

No se compara con el ahorro

Yo digo

Un sueño realizado fue saber

De una colección de dijes dorados con formas de animales

Que había heredado un chico que conocí a los doce años en unas vacaciones

Dora

La panadera que trabaja en la confitería de al lado de mi departamento dice

La experiencia que te piden en los trabajos

No se relaciona con el sueldo que te pagan a fin de mes

Mi novio dice

En el amor no cuenta la experiencia previa

Sino la que se inaugura con cada persona que conocemos

Un autor que leí en el colegio secundario

Cuyo nombre no recuerdo decía

La verdad es la experiencia

Mi abuelo Raúl dice

Ser astuto es asumir la debilidad y convertirla en bandera

Yo digo

La única experiencia que tuve en un trabajo consistió

En aprender a doblar y colocar alfileres en camisas para hombres.





III- El color de la mañana.



La vida es tiempo

Cómo formaré parte de cosas importantes

Soy la escribiente de lo que quiero en las revistas

En los días

Así recreo el color de la mañana en mi cuerpo

Una carta de presentación

Es un collage de papel de lo que veo

Confío

Mis ojos saben más que mis manos

Pero dudo que un jefe comprenda la habilidad inútil

Dejo sobre la cama un montón de ropa

Que combina lo que deseo

Y se prohíbe usar en ocasión de una entrevista

A las llaves les quedan las huellas de lo sacado de un placard  desordenado

Tengo que llegar a horario

Por ser la primera vez

Antes de entrar al local en el que trabajaré

Me miro los dientes en un espejo de mano

Y me peino las pestañas con la yema de los dedos

Después un hombre con traje y mocasines negros me pregunta

¿Qué experiencia tenés en este rubro?

Creo en el origen de la historia que invento

Ser dueña de un cesto con revistas

Proyecta mis palabras.





IV- Las manos.



El hombre me saluda con un apretón de manos

Me pide que lo acompañe a su oficia

Después que tome asiento

Justo cuando estamos por comenzar a conversar lo llaman por teléfono

Pide disculpas

Se levanta de la silla y sale de la oficina

Observo las paredes sin ventanas

En su lugar cuelgan dos fotografías

Una en blanco y negro registra una vaca pastando en el campo

La otra a color muestra una vaca con tres terneros mirando a cámara

Sobre el escritorio hay un teléfono fijo con fax

Un lapicero y una pila de folletos que difunden los productos

Hay un perchero vacío y una repisa con cajas de plástico celestes

Miro el esmalte rojo de mis uñas

¿Cómo es posible que una persona trabaje en un lugar en el que el aire no circula?

El hombre regresa y dice

Que la mejor carta de presentación la halla en mis manos

Los anillos combinar con el maquillaje de mi rostro

Después

Que debo reconocer a qué animales corresponden

Los distintos materiales de la ropa

Reponer mercadería diferenciándola por género

Ser ordenada en el cobro a proveedores

Mantener limpio el local

Estar atenta a los detalles

Que nada falte y se venda todo

Vuelve a sonar el teléfono

Pide disculpas y sale de la oficina

Me pregunto si faltará mucho para que termine este momento

Si me dirá que empiece hoy u otro día

Cómo se referirá a mi salario

Tengo la impresión por la decoración de la oficina

Que me pagará poco

Regresa el jefe

Empezaré mañana

No puede hablar de números

No quiere mentirme

Porque debería calcular a cuánto cotizan las monedas internacionales

Y hoy no tiene tiempo

Pregunta si acepto

Le digo que sí

Me saluda con una palmada en el hombro

Salgo de la entrevista arrastrando los pies

Un despertador suena en mis oídos como si no me hubiera levantado todavía

Meto las manos en los bolsillos del tapado hasta tocarme el estómago

La cadena que tengo en el cuello se achica

Los pies continúan un camino de memoria que nunca hicieron

Cuando estoy por tomar el colectivo para regresar casa

Saco monedas de la billetera

Y encuentro la página de la revista que me atraía tan fría como yo.





V- Propio.



El despertador suena a las seis de la mañana

En mi cabeza siento una nube a la que le llegaron señales de un volcán

Preparo un té

Toco la taza caliente con la intención de que el calor perdure en mis manos Hasta la hora de regreso

Abro la canilla de la ducha

Miro por la ventana la luz del sol que se demora en alumbrar las horas

Me baño

Pienso en una película oriental que traducía el ritmo de las propagadas

A las posturas corporales de los personajes

Me peino

Enciendo la televisión para que la luz artificial llene los huecos negros del cielo

Me coloco dos hebillas

La belleza exterior se enfrenta con el carácter

La ropa que debo ponerme enciende las cenizas del volcán

Un traje de gabardina negro

Una camisa blanca y un pañuelo con la marca del local

Me saco la cadenita

Ordeno la cartera

El dinero que gane lo gastaré en lo que quiera

Es mentira

Camino hacia la parada del colectivo

Saco las horas por venir del uniforme

Me concentro en los productos por vender

¿Me los regalarán?

Llego al local y busco miradas

El encargado de seguridad dice

Buen día

Si querés hacete un café

Recién calenté el agua

Me quedo parada

Espero una orden

El encargado continúa

El dueño no llega hasta el mediodía

Los clientes se agolpan en la puerta

Abro cajas con mercadería

Acomodo sacos

Polleras largas

Camperas y minifaldas

Quiero ésta y la aparto para tocarla cuando

Los clientes no me esperen.





VI- Vestidor.



Una señora saca del perchero dos polleras para probárselas

Pase por acá

Le digo mientras señalo dónde está el vestidor

Después de un rato

Las cortinas se mueven

Por el esfuerzo que implica la ropa que le gusta

Podría acercarme y preguntarle si necesita ayuda

Alcanzarle otros talles directamente

E indicarle que afuera hay otros espejos para que se vea mejor

El encargado de seguridad me pide palabras

Podría tener amigos en este lugar

Hasta la ropa parece observarme

Pero la silencio doblándola para vender.





VII- Molestia.



Una clienta que me preguntó

Varias veces si podía alcanzarle una campera igual a la exhibida en vidriera

Pero que no escuché

Atenta al movimiento de un jadeo en las cortinas del vestidor

Se molesta con mi actitud

¿Y a vos te pagan un sueldo?

Contame

¿Para qué?

Si no hacés nada

Vos sos una pérdida

De tiempo y dinero

Espero que el encargado

Acá

De seguridad

Tome nota de la situación

Y le cuente a tu dueño

Personas como vos no merecen trabajar

Porque se nota que lo único que te importa

Sos vos misma

Mirate cómo estás vestida

Horas seguro mirándote al espejo

Para qué

Si no sabés hablar

Atender bien a la gente

Con la mirada tendría que bastarte para darte cuenta

Que los clientes te preguntan cosas

Pero vos mirás para otro lado

Porque no querés estar acá

Y lo único que te importan son tus manos

Mirate las uñas

¿No te da vergüenza?

Esos anillos

¿De dónde los sacaste?

Ladrona sos

Una ladrona del tiempo ajeno

Y encima un dueño confía  en vos

¿No ves que estás a cargo de un negocio?

Un negocio

Pero conmigo no se jode

Así que alcanzame lo que te estoy pidiendo ahora mismo.





VIII- Herida.



Si me dicen vení hacé esto

Yo voy y lo hago

No tengo problema

Hasta hace cinco minutos el local estaba en silencio

Escuchaba los pasos del encargado de seguridad

Ir y venir en busca de sus horas

Cuando llegué el dueño no estaba

Abrí las cajas

Y separé la ropa entre aquella que no me gustaba

Y una prenda que dejé al lado mío

Como una mascota

A la que sólo puedo darle cariño

Porque no tengo dinero para darle de comer

Entonces como suele ocurrir

Una clienta que entra saca lo que no está exhibido

Por desconfianza

Y al quedarle mal la deja hecha un bollo

Sobre un banquito de madera al lado de la puerta

Quiero que se vaya

Pero sigue ahí

Quiere comprar

Tocar algo nuevo con sus manos

A mí no me sale ofrecerle

Porque de lo que está colgado

No quiere que le hable

Para herirme.





IX- Propio.



El guardia de seguridad me mira diciéndome

En dónde se vio que un comercio

Quedara cerrado para sus empleados

Y abierto para el público

Y me guiña un ojo

Para que cierre la caja

Baje la cortina

Barra el piso

Repase el baño

Pase un paño con lavandina sobre el mostrador

Haga el recuento de lo que se vendió

Guarde comprobantes de las tarjetas en una caja

Coloque las alarmas en las prendas

Remarque los precios

Deje constancia en un cuaderno de lo que hay que reponer

Abroche las facturas para entregárselas a los proveedores

Cosas que creo me dice

El encargado de seguridad con un ojo cerrado

Mientras que el que está abierto observa

Los sonidos de la calle

Y el humo del cigarrillo que encendió

El kiosquero de al lado que le presta revistas

A cambio de vigilancia

Imito los pasos que ejecutaría

 Si hiciera la tarea

Y antes de agarrar mi cartera para irme

Guardo en ella la prenda que quería.





X- Desilusión.



Una desilusión verme con la ropa querida

Y me quedara vieja

No ser la mujer de la revista

Las piernas de otra época

La cintura ancha

Me la saqué rápido

Con la intención de un recuerdo

Y ya no pude dejarla como era

Transformé la publicidad en papel picado

Con una birome azul

Escribí la palabra mentira del lado de adentro

Y dejé caramelos de menta degustados en los bolsillos de adelante

Estoy apurada

La doblo

La vuelvo a meter en la cartera

Y a la tarde

El encargado de seguridad me pregunta

Por qué no llegué a horario

Que por mi culpa

Además tuvo que abrir la persiana

Y atender al público

Yo no quise

Le digo

Mientras cuelgo en una percha destacada

La prenda del rencor

Y miro el reloj que controla mi pena.





El Método de la aprehensión del sabor cuando desaparece la materia.



I-Caramelos.



Busco el sabor en la exhibición

Los kioscos de la ciudad

Me hablan de un cuadro de fantasía

En el que los envoltorios que serán descartados

Componen nuevos colores en la boca.





II- Distancias.



No es lo mismo saborear un caramelo

Mirando el cielo

Hunde mis ojos

Transformando el gusto

En algo táctil y transportarlo

Hacia donde la gente se pregunta

Si la altura de nuestros estómagos

Coincide con la palabra sensación

Y discutir en un lugar cerrado

Cuál es el momento de morder

En cambio en el piso

Miles de envoltorios dejados en un cesto

Son sacados en una constelación hacia la boca

De personas gustadas por lo mismo

El papel produce un sonido

Que olvida el color de la materia

Las huellas de las manos en dirección de estrella

Llegan a mi mente.





III- La plaza.



A la mañana los juegos guardan

Las sombras de los niños

Las palomas buscan la comida

Que los ancianos a cambio de compañía les ofrecen

Alrededor los empleados la ignoran

Como si no recordaran haber estado en ella

El viento señala con hojas secas

Los puntos en los que los payasos

Se esmerarán en el dinero por hacer

En un banco desenvuelvo un caramelo

Y me lo llevo a la boca

El primer sabor azul pantalón de colegio

Si lo muevo aparece el grito de un padre pidiendo respeto

Quieto una rosa crece sobre el césped que bordea una virgen

Si lo muerdo por equivocación

Pierdo el hilo de un experimento

Que necesita de los otros

Aunque no estén.





IV- Materiales.



Una mujer vestida de negro mira hacia el piso

Su cuerpo parece enyesado

Pero sus pies la mueven desde la esquina

Hacia la parada del colectivo

De una de sus manos cuelga una cartera

Que se adelanta a sus pasos

¿Sabrá ella más que ella dónde quiere ir?

Su peinado la arrastra hacia un lugar del que vuelve

Y sus anillos refractan en el envoltorio de mis caramelos

Una mañana del futuro

Los materiales captan cómo comunicar a dos seres humanos

No me atrevo

Y le envío señales invisibles

Como si al desechar un papel escribiera

Quedémonos sentados por un rato

A medida que se acerca

Sus pómulos se agrandan

Y sus uñas pintadas de rosa sacan una pastilla de su boca

Que deshecha a mi lado sin mirarme.





V- Encuentro.



La pastilla proyecta los pensamientos de la mujer

Que tienen la forma de una hormiga anciana

Mordiendo los bordes de una hoja

Escucho un nuevo sabor

Y me saco de la boca el caramelo

Para que el aire de la plaza

Lo pegue a la pastilla que encontré

Busco dando pasos en puntas de pie

Un lugar donde dejar la pieza de museo

De doble cristal

Estoy seguro de que alguien la encontrará

Para sumarle otra

Y así entender

El surgimiento de los espejos.





VI- Debajo de un banco.



Este es mío pronuncio

Con una sonrisa que sólo el viento conoce

Todavía perdura su forma

Y el frío conservó su color

Saco del bolsillo de mi saco una cajita roja con un ribete dorado

Que tiene una abertura blanca en el centro

Y guarda el olor de las manos de mi mujer cuando le propuse compromiso

En esa hendidura coloco el caramelo encontrado

La cierro y la guardo otra vez

La plaza comienza a poblarse

Es el momento

En el que no puedo interferir

Porque lo fundamental sucede

Cuando creyendo en los días por venir

Me encuentro con las sorpresas que otros me dejan.





VII- Antes.



Retardo el regreso a casa

Hasta que caiga el sol

Soy el que persigue a las personas

Que compran dulces

Para entender la memoria de la boca

Un hombre de traje con un maletín negro

La billetera en la mano

Pide que le completen un vuelto mientras mastica apurado

Un niño paciente

Extiende su mano en la que entra la indicación de su madre

Una joven rubia con el pantalón gastado quiere

Veinte caramelos de limón y enciende un cigarrillo

Una anciana con una pollera de lino azul

Una camisa blanca y un pañuelo de seda natural en el cuello

Con voz imperceptible acomoda los que eligió dentro de su cartera

Un hombre en pantuflas y un control remoto en la mano

Reclama al kiosquero ser atendido primero

Porque están pasando una película de cuando era joven

Y señala los mismos caramelos que compro yo

Algo me une a él

Y fijo la mirada en los huesos de su cara

Su corte de pelo

El pliegue de sus medias

Un anillo con el cuerpo de Jesús

Una medalla escapándose del pecho

El aroma de su casa en la vereda

Tomo nota de estas personas

A las que identifico con un color

Para comprobar más adelante la vida de sus gustos.





VIII-Dentro.



Vivo en una habitación en la que entra

Una cama de una plaza

Una heladera

Un televisor

Un aparador

Un pequeño ropero

Dos sillas

Y una mesa

En la que creé una vitrina que exhibe los caramelos

Que las personas dejaron para mí en distintos rincones de la ciudad

En mi casa no hay luz

Y con la ayuda de un encendedor

Abro la puerta

Busco una vela

Caliento agua para tomar una sopa

Y cuando termino de cenar

Pasar un trapo sobre la mesa

En la que dispongo los tesoros hallados con guantes de goma

El que encontré forma parte del género

Casi con vida

Y lo arrastro con dos palillos de cocina

Delante de otros similares a él

Y le coloco un cartelito con la fecha de hoy

La luz de la vela refracta contra el vidrio

Y hace que lo perciba moviéndose

Y supongo que no está preparado para dormir aquí

Entonces lo saco

Destiendo la cama

Coloco otra colcha

Aliso la funda de la almohada

Me pongo el pijama

Y decido dormir con un regalo en la boca.





IX-Comparación.



Una simple llama proyecta sobre el techo

Las sombras de mis muebles

En la oscuridad estelar

Mi colección no se distingue

Por eso coloco el caramelo entre la muela y el cachete

Con la intención de indicar su existencia

Sobre mí un dios negro trastoca el esfuerzo de los días

En mi boca la recompensa

De una tarde de verano

En la que la única preocupación

Era entender cómo se hacía

Para pasar el tiempo en compañía de un amigo

Nuestras madres habían dicho

Si no quieren dormir

Tienen que jugar lejos

Para no molestar a sus padres que trabajan

A sus hermanos que lloran

Pateando piedras hacia el fondo

Rompimos el silencio mordiendo dulces

Terminarlos

Pedir dinero

E ir a comprar más

Era estar alertas de que no faltaran novedades

Si mordiera ahora el caramelo que no quiere dormir solo

Desaparecería el efecto de estar con alguien otra vez.





X- Él.



Manejo un auto rojo que tiene los vidrios limpios

Y una radio en la que pasan música de provincia

Tengo puesto un jean y una camisa deportiva

La última vez que usé estas zapatillas

Fue para estrenar un sabor en una vereda lejana

Viajo durante horas

Mirando la frente de los camiones

Las nubes blancas que dejan mensajes en el cielo despejado

Pájaros huérfanos

No hay peajes ni carteles

Gente no hay

El camino es la memoria de un amigo

Hecha de envoltorios que retratan nuestra infancia.





Augusto.



I-Ritual.



Tomo un café

Me miro las manos

Los años que lleva este anillo en este dedo

Debería comer

Abro la heladera y saco pan y manteca

Pero ni una sola miga deseo a esta hora de la mañana

Levanto la persiana de la cocina

Y dejo el vidrio entreabierto

Las palomas se asoman a mi casa

Y les convido comida

Si no tuviera más fuerzas

Me haría llevar por dos de ellas adheridas a la espalda

Y siento ganas de pararme

Para traerles agua en la tapa de un frasco de mermelada

Una picotea la manteca dejando mensajes

Que relaciono a través del color

Al vestido que usé para la primera comunión de Augusto

Calor siento

Como si los invitados me felicitaran

Y yo caminara de un lado al otro

Para que no faltaran sándwiches

Los adornos sobre la mesa

Las estampitas en una canasta blanca de mimbre

Los vasos llenos

El timbre por sonar

Y cada tanto descansar en la antesala del baño

Para controlar los rasguños que me dejaban las sandalias nuevas

Y colocarme curitas con los gestos de una flor.





II-Media mañana.



Coloco una manta sobre el piso de la cocina

Y me acuesto

Cierro los ojos e inhalo

Cuando era chica dibujaba casas que ocupaban la superficie de la hoja

Ni un pedacito quedaba para un árbol

El sol

Un perro

Las nubes

Un automóvil

Pero cada integrante de una familia rica tenía su dormitorio con baño

Con cada exhalación el viento de ahora

Lleva hacia ese lugar a las palomas que desayunan por mí

Estiro las puntas de los pies y alcanzo el zócalo de madera

Que logré pagar cuando Augusto cumplió 10 años

Cierro los puños y envío una señal hacia el centro de mi columna

Dos alas grises y blancas se despliegan

Con las manos me toco el estómago

Vacío de alimento

Negro de café

Boca abajo huelo el sabor del piso

Y abro los ojos con la intención de agarrar una cuchara de madera

Y cerrar las ventanas para que el aire no apague el horno

Sacarme el pijama y cocinar la forma de alcanzar

Lo que quiero aunque esté lejos de mí.





III-Delantal.



Al descolgar el delantal

De la pared cae el clavito en el que estaba

Lo busco palpando el suelo

Seguro haya quedado debajo de la heladera

Atorado en el zócalo

Enganchado a un pelo adherido a la pata de una silla

Me levanto de golpe

Y una nube negra con estrellas doradas a la altura de mi cintura

Me mantiene unida al clavito que perdí

Perdido podría ser el nombre de un postre

De una tarde

De una seguridad

De un proyecto

De una persona

Y me estiro las medidas para que me calcen mejor las zapatillas

Enciendo la hornalla más pequeña de la cocina

Y coloco una cacerola con medio kilo de azúcar

Revuelvo la bruma blanca

La bruma marrón

La bruma negra

Hasta que el líquido sea el estado de una forma

El olor invade la casa

Y me limpio las manos sobre el delantal

Que tiene abrazos de niños preguntando por la hora del postre.





IV-Amiga.



Desde que nos conocemos

Una vez que pasamos la tarde juntas

Nos llamamos por teléfono para saber si tenemos alguna noticia

Producida en las 20 cuadras que separan nuestras casas

Es una manera de decirnos buenas noches con otros colores

¿A qué no sabés a quién vi?

¿Adiviná con quién estaba?

Tengo sueño y los chicos de al lado se pasan un manojo de llaves

Que esperan visitas

Envases de vidrio se chocan en una bolsa de nylon

Tendría que haberme quedado en tu casa a dormir

Y eso que te pregunté por qué te ibas si éramos las abanderadas de la tarde

Si fuera por ella deberíamos vivir juntas

Mi amiga no entiende el silencio de mis mañanas.





V-Servida.



Una amiga nunca vendría con una asadera caliente

Y la dejaría apoyada sobre la mesa

Sin avisarme que tenga cuidado

Que si me doy vuelta me puedo quemar

O con un tenedor del que colgara un fideo largo como una sonrisa endeble

Y me insistiera

Por favor probalo

Decime ¿No ves que las pastas se me pasan siempre?

Y cuando aceptara me diera cuenta

Que el fideo no había sido soplado

Y la sonrisa me hiciera llorar la lengua

Y agregara

Vos sentate allí

Señalando con un dedo especial por sus anillos dorados

Una silla común

Y yo aceptara el lugar con una campanita en la mano

Que hiciera sonar para molestar a alguien

Y justo salieran de abajo de la mesa

Unos chicos que se confunden con las frutas estampadas del mantel

Con cuerpos de hijos y rostros de tortas

Pero no vendría una amiga a decirme

Soplá las velas que hoy es tu cumpleaños

Sabiendo que apagaría los ojos

De unos niños que me hacen escuchar una melodía que persiste

Cuando la casa está callada y huele a fósforo

Porque si las soplara me quedaría a oscuras para siempre.





VI-Un regalo.



Si me levanto a la madrugada

En la cocina se escucha la música que producen los tenedores

Los cuchillos y las cucharas dentro de los cajones

El delantal colgado en un nuevo clavito

Proyecta sabores de una promesa

Los manteles de fiestas guardados en el aparador

Se vuelven reales sobre las mesas.





VII-Creencia.



No son trapos le digo a mi amiga

Mi ropa son banderas de la casa

Ella enojada

Tenés que salir

Tu familia no es el mundo

Yo no tengo problemas en ser mirada afuera como estoy en la cocina

Este es mi uniforme diría

Como otros usan viseras y mamelucos

A mí las cosas que decoran no me llaman la atención

Sino el sonido de las creencias masticadas.





VIII-Receta.



En un bol agregaba

Azúcar derritiéndose y parafina

Hacía bollitos a los que previamente les colocaba una mecha

Velas comestibles

Masitas para encender

Una vez que cerraba el horno

La llama que no veía proyectaba su sombra sobre mis manos

Y ellas cambiaban su forma mientras esperaba la cocción

Acostada en el piso intentando mirar

Un punto de la madera del techo

Que no se volviera oscuro de golpe

Con los destellos de colores de un mareo

La media hora pasaba en cinco minutos

La palabra vocación se traducía en colocar las masitas en mi regazo

Y no faltaba fuego para encenderlas

Ellas se consumían de todas formas

Alguien sintiéndose agasajado las comía.





IX- Composición.



Si abro las puertas de las habitaciones de mi casa

No salen los perfumes que les pertenecen



Abro entonces

Los cajones de la ropa

Las tapas de las cajas de cartón donde se acumulan

Papeles

Alhajas

Figuritas

Collares

Muñecos

Discos



El silencio construye

Una sinfonía con colores



Y cierro lo ojos para entender adónde van



El tiempo que viven los objetos

Es extraño a la piel



En mi casa cada sensación halla un sonido

Que rebota en las sombras

Extendiéndolas hacia la luz de la mañana.





X- Golpear.



Una mañana mi amiga golpeó la puerta

Pero por qué

Si sabe que estas no son horas de interrumpir

Su cuerpo diminuto a través del ojo de la cerradura

Cada vez más fuerte

No la voy a atender

Mientras me sacaba los zapatos para no hacer ruido

Y caminaba en puntas de pie hasta la cocina

Con la espalda gacha para que no percibiera

Mi sombra por la ventana

Y una vez que estaba servido el café

La heladera induciendo mi apetito

Las palomas sobrevolando la mesa

Escuché que gritaba

Sé que estás ahí

Abrime que traje algo para darte

Pero ni los regalos me entusiasman cuando arruinan un momento

En el que observo las cortinas de la casa moviéndose

Marcando los pasos de baile de los niños.





El vendedor de frutas.



I- Descarga.



No es que no necesite guantes

Pero las astillas ya no se ven

La piel se acostumbra

Y las lastimaduras en contacto con las frutas cicatrizan rápido

Además siempre hice pasar mi vida por estos cajones de madera

Así como los ves sostienen pensamientos

Mientras madura la mercadería

Desde chico ejecuto los mismos movimientos

Brazos arriba saco un cajón lo dejo en el suelo

Hasta completar una torre de cinco

Brazos abajo y arrastrarlos hacia adentro

Después es más fácil

Sentado en un banquito ya es cuestión de observar

A veces las frutas llegan tarde

Los colores salpican la rutina

Y aunque el trabajo se haga más rápido

Te apena tener que tirar aquellas que ayudan a cicatrizar

Las heridas de la transportación.





II-El color de la casa.



Cuando era chico el amarillo limón

Una casa

Ordenarlos era tener un espacio

No como mis primos que me los sacaban con los pies

Y así de un lado al otro

Hasta que mis padres

No se juega con la comida

O me ponía a llorar

Porque eso no era jugar a la pelota

Sino hacerme marear por la fantasía

De lo que yo quería tener



Un día mis padres se fueron al mercado

Y me dijeron

En esta bolsita están las monedas

Allí abajo las bolsas

Si vienen a comprar

Tratalos con cara de mariposa

Pero yo no sabía hacer cuentas

Sino solamente ordenar

Entonces cuando llegaban los clientes

Me hacía el sordo

Y seguía mirando los canastos de frutas

Cómo puede ser que este niño no sepa atender

Para qué lo dejan solo

Y cuando se iban sacaba los limones

Hasta construir un dormitorio

En el que las palabras de los vecinos no entraban.





III- Menta.



La única amiga que tuve perdía los útiles escolares como yo

Su madre le decía inútil

Y mi padre me decía

Ya vas a ver cuando todos lleven sus cartucheras llenas

Y la tuya esté vacía por tu culpa

A medida que escuchábamos los retos

Caminábamos hacia el fondo que unía nuestros jardines

Ella decía

Mirá lo que me quedó de todo lo que tenía

Y me mostraba un lápiz negro

Y yo sacaba una goma de borrar que guardaba en el bolsillo del guardapolvo

Cuando seamos grandes no nos van a importar estos objetos

Si se puede escribir con cualquier cosa

Y pisábamos hojas de menta contra las baldosas

En las que quedaban las iniciales de nuestros nombres.





IV-Ojo.



La gente dice que uno se acostumbra a todo

Pero en este caso mis ojos después de tantos años

Se siguen sorprendiendo de los colores de las frutas

Tal es así que por estarles encima tengo una enfermedad

Por la que el ojo desciende unos milímetros hasta la piel

Como una almeja que busca las profundidades de un hoyo de agua

Para respirar

Por suerte tengo comprometido uno solo

Sino tendría que haberme dedicado a otra cosa para subsistir

El doctor que me atiende dice

Vos sos un piola bárbaro

Con uno trabajás

Y con el otro te vas de vacaciones

No entiende que no me causa gracia

Haber perdido el dominio sobre una parte de mi cuerpo

Él lo relaciona con una patología del entretenimiento y asegura

No te hagas el vivo conmigo

A quién no le gustaría buscar una playa con una parte del cuerpo

Que no sea contar para ordenar y vender.





V-El método.



Hasta que un día después de tanto ir a verlo

El doctor viene a mi lugar de trabajo

Deja un ramillete de menta en el piso y dice

Ahora respirá profundo

Tocá la hierba y sin mirarla

Separá las hojas secas

Me concentro en un calendario colgado al lado del mostrador

Con la imagen de San Cayetano

Me acuchillo despacio pero ni bien la toco

Declino apenas la vista

El doctor insiste

No

No

La vista siempre en el centro

Un punto intermedio entre el piso y el techo

Si no lo intentás la sensación de pérdida quedará latente dentro de tu piel

No es tan difícil

Cuando la mercadería esté en el piso

Deberás acostumbrarte a ver con las manos

Alcanzo el ramillete y mis manos no saben qué partes sacar

El doctor dice

Dejate llevar por la textura y el olor

Pero de esa manera extraño acostarme en el jardín de mi infancia

Y que las palabras de la tierra salgan al encuentro de mi nombre

No sirve respondo

No hay nada peor que sostenerse con recuerdos

Apoyo en el piso el ramillete de menta repleto de hojas secas

Y el ojo como una bolita desciende por una pendiente.





VI- Dispositivo.



El doctor dice

No existe el cansancio cuando se trata de encontrar soluciones

Cortaremos hileras de apio y con una cinta adhesiva

Las pegaré en tus pestañas inferiores

De manera que paralicen al iris ni bien se precipite

No te muevas

Mirá hacia arriba

Un punto intermedio entre el techo y tu mente

Y me pregunto

¿Cuánto durará el tratamiento?

¿Qué pensarán los clientes cuando me vean?

¿Cómo las correré de mi cara para besar a mi familia?

¿Se despegarán al dormir?

¿Cada cuántos días tendré que cambiarlas?

¿Será suficiente esta verdura o tendremos que agregarle otras?

El doctor dice

Sé lo que estás pensando

Pero si hablás te lastimaría

Y aparece un olor

El guardapolvo del médico es una nube blanca que me esperanza

Plagado de moscas.





VII- Cara.



En el espejo del botiquín del baño

Miro el ojo estrella y le digo al doctor

Tendría que haber probado un dispositivo más delicado

Mirá lo que parezco

Un payaso pobre

Un arlequín despintado

Hasta cuándo tendré que estar así

Y contesta

¿Te parece hacerme esa pregunta  después del tiempo que le dediqué a tu cara?

Ahora tomemos un mate y observemos si hay que modificar alguna parte

¿Cómo te sentís?

Y no sé qué responderle

Mientras huelo el humo del caño de escape del camión

Que a esta hora tocaría la bocina

Para avisarme que descargue mercadería

Y no lo hace

Porque desde afuera no me reconoce

Detrás de esta valla que impide la precipitación de la mirada.





VIII- Vacíos.



Pero al revés

Cuando los clientes entran charlan

Con tu nueva cara no nos da miedo

El vacío que queda entre

Nuestros cuerpos de compra y la venta de mercadería

Que procede de tu ojo de apio

No es un disfraz esto que te pusiste

Realza tu dedicación al trabajo

Y sin darme cuenta por lo emocionado que estoy con sus palabras

Nos chocamos

Y ellos sin saber el por qué de mi prótesis

Se agachan para evitar que mire directamente el piso

Es necesario encontrarse con personas que lo ayuden a uno

A recuperar el dominio físico de las sensaciones.





IX- Clienta.



Pongo cara de pierrot

Para retardar el saludo de despedida de una clienta de todas las mañanas

Con el ojo despejado le digo

Te regalo la mercadería que quieras pero

Quedate conmigo hasta que se me pase la enfermedad

Me limpio las manos en el delantal

Me toco el pelo

Escucho el peso de las bolsas que tengo en las dos manos

Miro hacia afuera

Tres rayos de sol traspasan el color de los tomates

Proyectando su sombra en el suelo

Y pienso que me acostumbraría al vaivén de mi ojo

Si una persona se entregara a su oportunidad de una charla casual

Y cuando las personas que quiero no interpretan mi cara

Me dejo llevar por el reflejo de la bandeja de la balanza

A la casa de mis abuelos en la que la comida no llenaba los platos

Y los chicos hacíamos sonar los mangos de los cuchillos sobre la mesa

Pidiendo más.





X- Caza.



La clienta se va

Y recuerdo cuando de chico

Salía a cazar perdices con el propósito

De llevárselas a mi madre y que ella interpretara

No sé contar pero puedo traerte comida

Para atacarlas debíamos acuclillarnos y fijar la vista a una distancia profunda

Entre el pasto y la piedra de la gomera

Las pestañas de ahora deberían comportarse como un arma

Y los ojos dispararse hacia el centro de un animal silvestre

Pruebo la puntería quitándome la estrella del ojo

Y exigiéndole

Trae la presa sin una madre que agradezca

Para depositarla sobre un mantel con flores.





Los días en viajes.



I- Al amanecer.



No hace falta que suene el despertador

Mi marido abre los ojos

Cuando el gallo de la casa de al lado

Comienza a cantar a las cinco de la madrugada

Sus primeras palabras son

El día que este animal muera

No voy a ir más a trabajar

Y respondo

Lo que más quiero en la vida es que te quedes en casa

Cuántas cosas podríamos hacer juntos

Que no sabemos por una obligación

Y pensá que te nombro todas las veces que puedo

Para que los chicos no crean que los adorás desde una foto

Ahora mismo mataría a ese animal

Aunque las horas muertas no nos traigan platos de comida caliente

Ya sé que no es verdad

Pero tienen que existir otras maneras de despertarnos

Para saber que antes de una larga jornada

Ocurrirán cosas increíbles.





II- Compañeros.



Saben que no pueden molestarme mientras viajamos

Son dos horas que aprovecho para dormir

Una vez que a uno se le dio

Por tocarme la oreja con el capuchón de una lapicera

Casi lo hago un juguete

Ellos pensaron que los estaba cargando

Cuando vieron mi cara convertida en un puño

Pero no

Con eso no se jode

El sueño enfrentarse con el frío.





III-Las horas de la casa.



Las horas de la casa no pasan

A la velocidad de un tren

Que comunica un punto en la periferia del paisaje de las emociones

Con otro sobre un andamio de la ciudad

Los broches de la ropa escasean

Para escribir necesidades en el aire

El pelo de mis hijos enreda el tiempo animal

Acá tienen

Y les tiro unos huesos a los perros

Tomen la leche

Hagamos mandados

Compremos un sacapuntas

Pongamos dos sillas cerca del horno por si la lluvia

Nos hace descolgar la ropa

Las agujas del reloj son inyecciones

Que indican que el padre regresará pronto

Y los acompaño a ver la televisión

Encender el velador del cuarto

Buscar los pijamas

Mis brazos convertidos en vallas los abriga en el ensueño

En el que nos acostumbramos a mirar las estrellas decir

Papá nos quiere con los ojos cerrados desde el asiento de un vagón.





IV- Bolso.



Llevo el bolso al hombro

Pesan

Los zapatos con suela de cemento

El pantalón en los bolsillos

Guardan cartas que mis hijos me dejan en sus camas

Cuando los saludo con un beso en la frente

Esta camisa tiene botones de acero

Los años que llevo sacándole a mi señora

Sonrisas con paseos de los sábados

Este sombrero es la historia de un animal

Que le gruñe a los golpes de martillo

Y un olor encuentro

Que viene del fondo de los días

Junto a una jabonera y una toalla

Que al atardecer sacan el polvo

El cierre metalizado sobre la lona azul

Es una palabra que se manifiesta en la piel del trabajo

Que rasguña hasta terminar hileras de ladrillos

Abierto

El bolso

Repite en silencio

Mi nombre.





V- Monstruo.



Después del colegio los hijos dicen

No queremos lavarnos las manos

Hacer pis

Atarnos los cordones de las zapatillas

Pero la comida está servida

Apúrense

Ellos no escuchan mis palabras

Emitidas desde la cocina

Porque la televisión está encendida

Entonces me acerco con un repasador en el hombro

Y una cuchara en la mano

Y repito

Ahora van a hacer lo que les pido

Pero ellos obedeciendo los ladridos de un perro exterior a la casa

Se chusan y los separo de las lenguas hasta sentarlos

Sus miembros dislocados de caprichos

Hacen tambalear la mesa

Y es el ruido de la madera contra la loza

El que provoca un hundimiento

Un vaso de agua

Dos cucharas y un pan tapan las huellas por donde pisamos

En las manos siento acercarse los rayos del sol

Con ellos escribiría frases sobre las ventanas

Que captaran la armadura de las horas

Pero el sol quema

Y lo empujo hacia las patas de los perros

A su áspera cabellera y derribar sonrisas

Las manos me digo en el disparo

Que preparó la comida.





VI- Nada malo sucederá.



A mayor altura

Los colores se vuelven monocromos

Celeste

Gris

Blanco

Vacío

De espalda los mezclo con los tonos de mi mente

Pumpumpum

Late mi corazón pincel

Y se produce un paisaje

En el que mi señora camina por la playa

Los juguetes de mis hijos se reflejan en mis ojos

Mientras evito el color frágil del mar

El viento adquiere la materialidad de nuestros accesorios

Como la cámara que llevo colgada al cuello

Y cada tanto pedir sonrisas

A veces no hace falta revelar fotografías

Sino el tiempo de la concentración

La luz es perfecta

Nuestros trajes de baño son notas musicales

Para no marearme.





VII- Mandados.



Las tardes son para desplegar el aire de la casa por las veredas

Miro las puntas de mis zapatos gastadas

Llegará el día de estrenar unos nuevos

Para los recorridos de la comida

La canasta toma de las manos a mis hijos

Los pájaros cantan escondidos en las copas de los árboles

Después de haber vencido

La danza de las sábanas calmar el llanto de la siesta

Lo que debo comprar se escribe mientras camino

Mientras vuelvo a querer las horas.





VIII- Cómo llego al amor.



El tiempo de estar parado se venga a la hora del amor

Las piernas de soldado no ceden así nomás

A la suavidad de las sábanas con perfume

¿Otra vez?

Pregunta mi señora

Y con cara de paloma le contesto

Yo no soy esta pose

Mientras trae almohadones de apoyo

Que confunden más a mis piernas

Es un mal dice mi señora

Tu trabajo discapacita nuestro amor

Y le pido que salgamos al patio

Porque afuera adquiero las órdenes

Que el cuerpo necesita para saberse útil

Mi señora teme confundir las estrellas con lo que hay que comprar

Pero sentados sobre una manta debajo del tendedero

Confiamos en que los vestidos de fiesta que estuvieron colgados alguna vez

Puedan soltarse y hacernos bailar en el pasto.





IX- El sátiro.



El cuerpo queda rendido

Cuando el amor le saca el plomo de las horas

Y caigo en un sueño profundo

En el que el sátiro del barrio con ojos de conejo

Me pide que lo acompañe a su casa para darle de comer

Le digo que no tengo tiempo

Pero él insiste mostrándome su bicicleta

Es rápido

Después puedo llevarte hasta tu casa

Para calmarlo le pregunto dónde vive

Y responde que debo seguirlo para encontrar su dirección

Porque falla su memoria

Las bolsas de supermercado que cuelgan de mis manos

Buscan a mis hijos

Si corro me alcanzaría con sus yantas

Entonces me subo al manubrio de su bicicleta

Con la intención de donarle la cena para la noche

¿Me encontraré con alguien al que le diga

Estoy siendo llevada por un hombre que no quiero?

Y los pájaros posados en sus anteojos lo hacen caer

En cambio de huir para que no mire su herida

Grito y los vecinos me encuentran.





X- Hierba.



Acostado sobre el pasto toco la hierba

Y me llevo un ramillete de menta a la boca

A falta de una pastilla que aquiete el movimiento de la sangre

Sobre este bosque que mi señora dice no está encantado

Construiría una casa hermosa

Ya falta poco imagino

Para contarles a mis hijos la historia de mi nombre

Y el ruido de mi mente los despierta

Hasta que vienen a buscarnos

Los tomo de las manos para saber cómo son.





La vida que a las fotografías se les impide tener.



I- Chica.



Hay una chica que me gusta

Ella lo sabe

Pero da vuelta la cara cuando la miro

No creo que no le atraiga

Quizá siente vergüenza por no quererme tanto como quisiera

Que hasta sería capaz de darme un beso en la boca con los ojos

Si salgo a buscarla

Suena el timbre de mi mente

Llamándome la atención sobre palabras

Que mi cuerpo nunca había entendido

Si atiende pensará que no me importo

Cómo olvidé el abrigo

La mochila

Y le diré que su cuarto me quedaba de paso

Hacia otro lugar que inventaré mientras la encuentro.





II-Salir.



Ella no está

Toc toc golpean mis manos

Sobre una puerta de la ciudad vacía

En el bolsillo de mi pantalón

Guardo monedas con las que compro pastillas de menta

Que me entretienen para buscarla

Doy vueltas a la manzana de los días siempre iguales

Para despertar una discontinuidad cerca de su trabajo

Acá estoy

Le mando señales de zapatos nuevos

Mimetizados con los colores del kiosco

En el que quisiera abrazarla.





III-Los libros de la tarde.



No verla constituye un fracaso para mis piernas

No me arrastren a mi dormitorio como si no hubiera salido

Y se arquean atorándose entre los vacíos de las baldosas

En un banco de plaza me siento para explicarles

Tienen que ser fuertes y si no saben

Imiten los mangos de una carretilla

Con mis pensamientos las ubico en una obra en construcción

Para que vean lo que considero una enseñanza

En la cocina de mi casa está mi madre

¿Cómo no vas a comer hoy?

Pregunta con ganas de que le haga compañía

Después de haber estado haciendo cosas para todos

Busco silencio con un tono de voz que prueba sus verduras

Desde la culminación de una escalera

No quería molestarte contesta con la cabeza rígida

Sabiendo que sus manos acomodarán el mantel

Sobre el que ahora almorzará sola

Mi cama es una camilla para estas horas

Pero no le doy el gusto

El sol del mediodía entra por la ventana y señala

Aros de claridad sobre mi biblioteca pequeña

Los colores de las revistas solucionan instantes

A mi lado una tijera titila

Y me dispongo a crear una maqueta de mis sentimientos

Una ciudad dentro de una casa

En la que algún día viviré con la persona que más quiero.





IV-Llega.



A la noche toc toc toc

Hola

Cómo estás

Pasaba por acá

Y no quería dejar de saludarte

Querés tomar algo

Y ella no sabe

Porque un trago podría indicarle a la noche

Que vino a verme por una excusa distinta

A la que siente

Insisto

Toma un sorbo de gin y se atraganta

Su saliva deja estrellas en mi ropa

No es como vos creés

Tantas horas en un mismo lugar

No me separan de la alegría del mundo.





V-La intensidad tuerce el camino.

           

Hago un esfuerzo para que mis brazos no la alcancen

Pero no puedo y aprieto donde a ella le incomoda

El peso de mi amor sobre sus espaldas

Soy un tonto y el momento no vuelve a ser el mismo

Ella lo interrumpe con palabras inmediatas

Que brotan de mi habitación hacia su mente

Quién te regaló la biblioteca

Por qué tenés tantos bolsos colgados en el perchero

Qué guardás en ese cajón

Si querés abrirlo y fijate

No es una niña pero sus piernas contentas de permisos

Sacan fotografías que había olvidado

No puedo creer cómo no sabías qué guardabas

Y es verdad desde que ella entró en mi casa

Mis cosas dejaron de importarme

Qué significan estos paisajes

Representan la historia de las instituciones

Desde el primer amojonamiento hasta la última mano de pintura

Me entusiasma ver lo que crece

Y ella pregunta con la mirada cómo sería la historia en fotografías de nuestra relación.





III- Tiempo niño.



Ella toca las fotografías una y otra vez

No le parece aburrida la repetición del procedimiento

Al revés

Como si hubiera encontrado una manera de adueñarse de algo

Es increíble cómo mirando una misma imagen todos los días

Te pertenece por los detalles que otros dejan pasar

Serías un padre dedicado

Las tardes con tus hijos mirándolos crecer

Aquí están las tazas para la merienda

Ahora pongamos una música

Los juguetes se guardan en estos canastos

Y a cambio sabrías cuál es el tiempo niño

Mientras habla me encantaría ser el padre de sus hijos

Pero ella en cruda comunicación con lo que callo

Lo auténtico es que sigas sacando fotografías

Porque no se es padre por complacer a una chica

Esta vez no le respondo y cambio el disco

Ella enciende un cigarrillo y toma un sorbo del trago que le preparé

Me siento a su lado y quedan fotografías revueltas entre nosotros

Mirá le indico

En el otro cajón guardo la cámara

Por qué no la traés e inventamos una manera

De adueñarnos de lo que nos pasa

Tendría que empezar por vos

Pero se la quito y sale disparada una fotografía

Que registra sus zapatos

El piso y mitad de su pierna

Y nos dejamos llevar por esos detalles que entre nosotros

Se presentan como ráfagas de luz rayadas.





VII- Ropa.



El perfume de su ropa en la mía

Es el abrazo del que se escapó

Así retardo la hora de quedarme dormido

Mañana tendría que mostrarle las fotos que configuran nuestro cariño

Los zapatos

El piso

Las piernas

Un fragmento de la mano

Discos en una repisa

Nuestros abrigos

Ella al llegar a su casa sacude la cartera para el otro día

Se pone el pijama

Y elige un libro al azar

En los espacios en blanco aparecen las palabras que le envío

Mi mano busca la suya en un globo

Que en la noche desfigura la ropa del día.





VIII- Sonidos.



Me despierto con el sonido de la lluvia

Mi madre golpea la puerta del dormitorio

Entra con la bandeja del desayuno

El vestido que se puso hoy choca con la sensación que me dejó el sueño

No es ella a quien quiero ver

Y deja la bandeja sobre el escritorio

Cuando cierra la puerta

El programa que me proponga tendrá el ritmo de la lluvia

Y sin salir de la cama

Compongo canciones con las fotografías que sacamos la noche anterior

Las palabras se privan de mí y las guardo en mi bolso con la intención

De que la chica que me gusta las escuche cuando termine su trabajo

Salgo de mi casa sin paraguas

Dejo que el agua me convierta en el cantante que quiero ser

En un bar la llamo por teléfono

Apurada

Esta no es nuestra hora y corta

Sobre la mesa la melodía se rompe

Y con un café paso la tarde

Haciendo lo imposible para que la letra siga intacta

Miro fotos y las mancho con gotas de café

Perlas de un collar que hilvana su trabajo

Y mis ganas de mostrarle las canciones que dejé

Que el día compusiera para ella.





IX- Insistencia.



Ella sabe que la espero

Y viene a buscarme

Basta

Tu insistencia me confunde

Por qué vino si no quería verme

No se lo digo porque está mojada

Y sus ojos proyectan lagunas artificiales en las que podría nadar

Si no entendés mi tiempo

No me querés

Tu ansiedad me controla

Sos una mala madre

No te quiero ver nunca más

Mirame cuando te hablo

No mires mis piernas

Mi temor

Su cuerpo se hincha

Soy un hijo que pierde la cabeza

Y el ruido de la lluvia se transforma en una batería

Que nos paraliza en cambio de hacernos bailar.





X- Acciones.



Pido la cuenta

Me levanto

Y salgo a la vereda

La chica que me gusta

Se sienta en mi lugar

Y observa las fotografías sobre la mesa

Mi silencio la hace escuchar las canciones

Camino sin rumbo

Las horas pasan

El bar en el que estábamos cierra las persianas

La puerta de su casa indica que no hay nadie

Mi dormitorio retiene su perfume

Abro la ventana para que el aire guíe mi respiración

Me enfrento con el tiempo museo

Aquí nada se acumulará

Y desatornillo los cajones de la biblioteca

Bolsas de nylon negras me ayudan a tapar lo que ya no quiero ver

Sentado en el piso desenvuelvo una pastilla de menta y enciendo un cigarrillo

Preparo la cámara para que dispare objetos desordenados

La campera mojada sobre una silla

La puerta

La tijera

Las fotos en las que no estoy precipitan acciones

Y me duermo con las manos sobre los ojos

Presionando la aparición de un color.





Lo que hace infeliz a una persona cuando otras le llevan la corriente.



I- Caprichos.



No dice el marido

Tus caprichos me cansaron

Si querés ser una huérfana musical toda tu vida

Selo

Pero a mí no me provoques más

Voy y vengo como un tonto

Buscando las canciones que una vez

Tus padres te cantaban

No se consiguen y no creés

Pensás que quiero lastimarte

Que el mercado te lo hace a propósito

Tenés que conformarte y eso a vos te hace llorar

Ni siquiera te contenta que haya puesto el auto

A disposición de tus caprichos

Yo manejo

Pero vayamos a otro lado

Donde las canciones se estrenen

Vos odiás esas cosas

Y decís

Ya nací y quiero que mis padres vuelvan a cantarme.





II- Las pantallas de las lámparas.



Quién le dio permiso para que escribiera

Sobre las pantallas de las lámparas

Los amigos llegan

No sabíamos que los mensajes entre ustedes

Se eternizaban de esta forma

Hay que comprar un kilo de lechuga

Dos kilos de pan

Una tableta de chocolate

Una botella de vino

Los hijos con sus cuerpos tapan los deberes

Pero las palabras se proyectan en la pared

La madre salió y la heladera está vacía

Los hijos tendrían que buscar lo que necesitan

Pero no entienden la forma de la noche con la que su madre

Les pide que la ayuden con la casa

Los hijos tienen hambre después del colegio

Y el padre no llega hasta la hora de la cena

Los amigos proponen obedecer el dictado que dejó la madre aunque se fuera

Buscan monedas por los rincones

Tantean los bolsillos de los pantalones del padre

El medio con el cual complacer un pedido

Un vuelto no alcanza

Y los hijos lamentan no saciarse con palabras.





III- Una remera dada vuelta.



El hijo usa un uniforme

Excepto los domingos que en un cajón lo esperan

Una remera y un pantalón que lo hacen sentir a favor del día

Pero esta vez camina hacia el placard

Y observa el cajón a medio abrir

Su remera blanca dada vuelta y una carta

Hijo

Te quiero con todo mi corazón

Aunque a veces parezca que tuviera el tamaño de una pastilla de menta

De ahora en más te compraré muchas

Para que lo toques con las manos

Y agrandarlo en tu cuerpo una vez convertido en alimento

Espero no lastimar con mis palabras

Tu ansiado aspecto de fin de semana

Como trabajo era una manera de que me tuvieras cerca

De molestarte

Espero que la duración sea la de la disolución de un dulce en la boca

Prometo comprarte otra igual

El hijo rechaza la remera

Porque las letras se transparentan del lado bueno

La hace un bollo y la deja en el cajón de la mesita de luz de la madre

Diciéndole

Tu esmero lastima el aspecto de mi libertad.





IV- Una tijera.



Mi madre corta las palabras del diccionario

Para que le indiquen los lugares donde ir a entenderlas

Cuando no está significa que las consiente

Y dice

No es posible la vida en un estante

Mirá mis manos

Parezco un jardinero

Si uno aprendiera los vacíos de las canciones

Comprendería que necesitan moverse

Tocar un instrumento de la calle

Vivir los libros.





V-Un pantalón para dos.



Hay palabras de tela

Y el ruido de la tijera suena distinto a la madrugada

El pantalón de mi padre se transforma en un pantalón de madre

Cuando lo agranda con retazos

Es su forma de quererlo

Hacer que se comparta lo que se encuentre en la casa

Mi padre se resiste a esa ideología artesanal de convivencia

Y cuando se levanta se produce un choque

Mis cosas

Son mis cosas

Y mi madre con el pantalón puesto lo espera

Por las horas que pasó pensando en los dos.





VI- Hija.



Tu lapicera es un arma sobre mi ropa nueva

Hasta mi cama llegó tu manía

De ensuciarla con recuerdos

Es hora de terminar con tus palabras de oro

Dejaré que cualquiera las robe

O escribirán tu nombre debajo de la alfombra.





VII- No dormir.



La madrugada no es para dormir

Siente la madre mientras se quita el camisón

Que se puso para que sus hijos la vieran acompañando la rutina

Es la hora en que los autos conducen hacia lugares nacientes

Y toma las llaves

Con el pantalón de trabajo y una camisa manchada de tinta

La ciudad la espera

La bocina de un tren acompaña el latido de su corazón de pequeña

Cuando sobre la falda del padre

Le decía que nunca dejara de cantar

Porque su voz sabía escuchar el cielo.





VIII- Ubicables.



La madrugada se convierte en discusión

La madre llega cuando sus hijos se van

Dónde estuviste

Chau

Son las primeras palabras del día

Que nadie responde

Sobre la mesa del comedor hay peines y perfumes

Olor a restos de comida en los pijamas

Que fueron dejados sobre la tabla de lavar

Las persianas siguen abiertas

Como si el padre hubiese estado buscando a su mujer hasta último momento

El hogar se precipita sobre la madre

Y desafía las tareas ofreciéndose otras

Las manos no agarran una esponja con la que refregar los platos

Para ver crecer los rostros de sus hijos a la hora del almuerzo

Sino el tubo del teléfono

Y llama a su marido al trabajo

Y a sus hijos al colegio

¿Ustedes se volvieron locos de dejar la casa así?

Y corta.





IX- Matizador.



Al día le sobran horas de sol

La madre opaca sobre su pelo

Lo imposible de ser revertido

Una perfumería es el lugar donde halla productos para un saber

Y no duda en colocarse guantes transparentes

Hasta apretar el límite color ceniza

Y mezclar con un pincel agua oxigenada

Frente al espejo el pelo la capacita para hacer algo más que las camas

En el gris encuentra a una madre abuela

Que la consiente en las obligaciones que ella no acepta

Una crin de caballo la hace dejar surcos en la tierra

En la que con una guitarra

Tomaría a sus hijos de las manos

Y cantaría los nombres que los soñó.





X- Las manos del padre.



Tienen olor a dinero

La madre y los hijos

Son ratones que las olfatean

Cómo es que desaparece lo que necesitamos

La madre quiere canciones que el mercado no vende

Y cede su parte

Hagan lo que quieran con ella

Los hijos quieren todo

Pero los ojos del padre les traen pena

Decinos vos lo que debemos comprarnos

Y los incita con ropa nueva a que sonrían

Antes de salir y dividirse entre quienes gastarán el trabajo del padre

Permanecen parados

La madre ofrece esquirlas de estrellas transformadas en pastillas

Y brillan los pensamientos que retienen en las manos

El aliento de sus silencios los proyecta abrazándose sobre las paredes

Que comparten cuando las palabras abandonan sus bocas.





Niña. Teoría sobre los sueños.



I- El cráneo.



Es un calabozo para los sueños malos de una niña

Que con una pala en la mano

Impide que busquen su exterior

A través de los orificios de la cara

Mientras les presenta la fuerza de la tierra uncida al hierro

Ellos laten queriendo salir con gritos de aves

Y disfrazada con una manta que provoca calor

Cría otros seres que la ayuden a enfrentarlos.





II- Quería entrar pero vos no me dejabas.



No sabés cuántos kilómetros viajé

Hasta llegar a la casa

Y ver que las persianas estaban cerradas de puro capricho

Toc toc golpeaba la puerta

Y te imaginaba sentada en un banquito

Mientras fumabas un cigarrillo

Que te diera ganas de levantarte

De una vez para atenderme

Entonces esperé a tus mandados

Y al día siguiente

Tengo que salir

Dejame pasar

¿No te das cuenta que creciste?

¿Dónde están tus amigos

Un novio que te preste una cama?

Mis piernas dijeron

Por última vez queremos ver las flores

Y aceptaste como si no hubiera sonado una campana de despedida

Entré la bicicleta al comedor y el manubrio rayó la pared dejando mi nombre.





III- Los buenos.



Son los sueños que la niña realiza con su cuerpo y el mobiliario que la rodea

Una biblioteca inclinada es el techo de una casa que la acoge

Aunque no sepa leer

Una silla común el trono desde el cual

Las enciclopedias se afirman en los secretos del piso

Páginas se convierten en babosas de una habitación libre

Imágenes arrancadas con la intención

De rescatar la observación de una maleza

La confianza en las palabras

Provoca que sean oraciones las que alcanzan los espejos

Y le muestren los volúmenes convertidos en ladrillos

Y cicatrices del trabajo de sus piernas.





IV- Un lobo.



Me indica un camino con ojos humanos

A mí no me asustan los lugares a los que nunca fui

Pero su cabeza tambalea ni bien acepto

Queriendo huir del cuerpo que nos guía

Desde atrás le grito que la sujete con las manos

Y no recibe mis mensajes por la pesadez de su disfraz

Yo no soy así

Dejarme llevar por un animal herido que no sostiene lo que anhela.





V- La funda de la almohada.



La niña llora porque no quiere que su madre cambie la funda de su almohada

Roja salpicada de blanco

Por otra naranja rayada de azul

Es que el tiempo de su mente con agua se deshace

Y el jabón detiene el aliento de sus sueños

La funda está sucia

Su madre

Sin darse cuenta que es el lugar de las aureolas doradas

Los hoyos por los que transita en busca de una persona de su edad

Que siga con la mirada el recorrido de un animal suelto

La madre no alcanza y la quita con guantes de goma

La niña la observa arrastrar un canasto

Y se pregunta cuánto faltará

Para rehacer el retrato con los colores que la protegen

Lejos de los cuerpos que la limpian.





VI- Realización de los sueños.



Dibujo palitos sobre una hoja de cuaderno

Con la intención de que se produzca el lugar donde quiero llegar

Como no sé escribir me dejo llevar

Hacia las palabras de adentro de mis padres

Entre las nubes zumban insectos que desprecian el trabajo

Arrastro monedas hacia un pozo con el vestido que más quiero.





VII- Dentro del auto.



Una señora canosa

Con los labios pintados

Ojos delineados hasta donde el pelo nace

Y uñas de perseguir hormigas

Espera a la niña a la salida del colegio

No te asustes y toca bocina

Para dispersar el maquillaje hacia las calles

Soy yo

Vine a buscarte

Para la niña es difícil creer que el aspecto de una persona que la quiere

La deje muda

Y la señora

No importa que no me quieras

Es mejor que guardes oraciones para la ciudad

Que nos adora sin pedirnos nada a cambio

La niña sentada en el asiento del auto

No encuentra su rostro en el espejo del auto

Por el vapor que dejan pensamientos ancianos

Y aprieta la mochila sobre su estómago

Dejándose conducir por los colores

En que las preguntas se expresan.





VIII- Un chico saborea una pastilla.



Se la saca de la boca

Y la apoya sobre un pupitre

Parece no darse cuenta de la impresión que causa un desperdicio

Al revés

Se le acerca intentando ver su reflejo en ella

Como si fuera su ojo que lo mirara desde afuera

Y le pregunta

Por qué nadie te quiere ahora

La pastilla desgastada abarca un fragmento de su cara

Cerca de un mapa colgado a nuestra altura

Y narra un momento suspendido

En el que los alimentos probados dictan palabras.





IX- Una manera de caminar.



La niña cree que hay maneras de caminar capaces de activar los sueños

Cuando sale de su casa y sus piernas se apuran para llegar al colegio

Entra un aire especial que oxigena la casa de la noche de la almohada

No quiere encontrarse con nadie que interrumpa la temperatura de lo que mira

¿No serán los sueños los árboles de otoño rayados en sus copas

Con las lastimaduras de paraguas abandonados?

¿La escarcha sobre el césped las letras que aprenderá?

¿El canto de los pájaros el esfuerzo que su cuerpo

Ejecuta para llegar a tiempo?

¿El humo de las chimeneas los silencios que habitan los pasos de chicos

Que quisiera conocer?

¿Las hojas en las calles fijar un sonido que la llevará

Para siempre cerca de otras?

¿Los prendedores sobre los sacos de las mujeres que admira

Ser un retrato en el que sus ojos de flores impiden hasta el amanecer

La salida de los malos?

El reloj de la ciudad marca invisible los momentos a los que llega

Mientras sus pies señalan posibilidades que la mañana

Alberga como seguros.





X- Siguiéndolos.



Momentos anteriores a que los sueños expresen su narración final

Capturo los instantes en que lo inacabado presenta la forma de seguirlos

Flores trituradas por insectos fijan pasos

Rayas sobre la hoja

Sonidos de la masticación.