Ligeros de ropa
en un cuadro entramos perfectamente
una parte del día, la trabajamos
la otra, la cantamos
lo que tengamos ganas
no está dividido
mañana noche
es una única voz de piel negra la que
nos habla
el ruido de copas ordenan en el aire
cosas que nadie quiere hacer
entre todos
entre todos
nos sobra el tiempo para un daiquiri en
la playa
sabemos que el mar adentro
es parecido a nuestro corazón
animales profundos se mueven
en busca de otros
el alimento
pronunciar sin renunciar
a una necesidad
el silencio llega para quedarse después
de una gran lucha
en estas casitas de arena
adaptadas a nuestra finitud
dejamos un único bar con ventanas
para la posteridad
en el que guarecerse de la lluvia
mientras que en la orilla
con un cigarrillo encendido
iluminamos cuerpos y palabras
sin que se despeguen de sus sombras.
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